Gekko Lab: de innovación ciudadana a política pública

22 de mayo de 2019

Gekko Lab, uno de los proyectos nacidos en el Laboratorio de Innovación Ciudadana por la Paz  (#LABICxlaPAZ) en Colombia, trabaja en la impresión en 3D de prótesis mecánicas o intercambiables (gadgets) que se adaptan a las actividades que la persona desea realizar. La Gobernación de Nariño ha transformado este proyecto en un programa de gobierno que permite mejorar la autonomía y la calidad de vida de personas con discapacidad en todo el territorio, de forma gratuita.

Valery Sofía es una niña nariñense de 5 años , que padece una diversidad funcional en su brazo derecho. Y es la primera beneficiada de este nuevo programa que genera prótesis más ligeras y manejables, con un coste 16 veces menor que las tradicionales, y de una excelente calidad. Valery ha participado en el proceso de producción de su kit de prótesis, por ejemplo, seleccionando los colores o los gadgets necesita para las actividaes que más le gustan, y ahora puede subirse a un columpio, pintar o montar en bici como no lo podía hacer.

Pero eso no es todo, el Gobierno de Nariño ha transformado ya 5 proyectos del #LABICxlaPAZ  en programas de gobierno, escalándolos a nivel público en todo el territorio. La mayoría en territorios rurales, donde el conflicto armado ha dejado más afectados.

 

El #LABICxlaPAZ realizado en febrero de 2018, fue organzado en la ciudad de Pasto, por por el proyecto Innovación Ciudadana de la Secretaría General Iberoamericana y la Gobernación de Nariño, en el marco de la estrategia pública para el post-conflicto, puesta en marcha tras la firma de Acuerdo de Paz de Colombia que ponía fin a más de 50 años de enfrentamientos armados que dejó millones de víctimas, gran parte de ellas en el departamento de Nariño. En este Laboratorio, 100 personas de diferentes países trabajaron juntas durante casi dos semanas en soluciones innovadoras para la paz.

El caso de GekkoLab refuerza la una nueva forma cooperación para el bien común entre ciudadanos de diferentes países, y demuestra que la innovación surgida desde la gente puede ser tomada por las administraciones para transformarla en política pública, de abajo hacia arriba, participativa. Nariño se posiciona hoy como un referente ineludible en la política pública de innovación en Iberoamérica.