En la década de los 90, en pleno conflicto colombiano, la comunidad indígena Inga reconvirtió su actividad agrícola para dejar de cultivar amapola y hacer frente pacíficamente a la violencia derivada de narcotráfico, recurriendo a sus conocimientos y prácticas ancestrales. El proyecto “SUMAK KAWSAY” creó herramientas para recopilar su experiencia para que sirva de ejemplo y guía a otras comunidades afectadas por el tráfico y la violencia durante el postconflicto.

>> Conoce la web del proyecto <<